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sábado, 30 de marzo de 2013

¿Por qué?


Si uno confiesa, espera ser perdonado, no así para él…
El TORO.

Ellos nacen vestidos de luto
la boca ceniza de la que se alimentan.

El rojo se enfrenta al “hombre”,
pase de muerte
cuerpo a cuerpo
metal en movimiento
herida vertical.

     Este ser enviste sobre la arena, apuñalado y sangrante. Por fin habla, pide clemencia, salvar su vida. Frente a la tormenta (solo), MUGE. Sin más, recibo dos orejas y un rabo, trofeos. Mas nunca olvidaré ese “por qué” agonizante de su mirada, el silencio y las lágrimas.

Me sentí como la peor bastarda en la tierra.

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