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martes, 26 de agosto de 2014

Ultramar



 
                      Siento lo que callas,
             las mentiras de piedra
hieren el viento salado.

 

Llevas la caricia espumeada
que nunca termina de llegar,
jugar la arena
      a la orilla de la mente
             estás dentro del espejo.

 

Desnudas la luz,
muestras la tempestad
de tus caderas
       y agitas tu vestido azul
              con la fuerza de las olas.

 

¿Cómo no añorar la marejada?
La distancia sopla
y es este destierro lo que ahoga.
Solo ver tu sombra
al otro lado
con un mar de fondo.

miércoles, 29 de mayo de 2013

Enterrados


Cadáveres de luz
su silueta recorría las calles
en el éxodo de la ciudad
Homer y Langler
esporádicos
compulsiva acumulación de historia
incursiones de objetos imaginables

Enigmáticos reclusos de Harlem
mezcla de actos
aislamiento
en túneles de papel
en corazón de tinieblas
generador eléctrico.

La muerte se resume
día tras día
disparatada
en los vertederos
el alma sucia de Manhatta.

Frente las hojas de caoba
muralla de metálico
laberinto ciego.

Ciego y paralítico
bajo una bóveda de papel
albornoz harapiento
fenecido.

Cadáver sepultado vivo
cuerpo devorado
en podredumbre
luz delirante.

Requisitos para un planeta



Astros peculiares
                  plutoides
                              más allá de Neptuno
                                         planetas enanos
                                                  gigantes rocosos.
                                                  De su órbita
                                                  inmediaciones
                                        esférica masa
                              satélite de otro ser
                 mantiene su órbita errante
astronómica unión.

lunes, 20 de mayo de 2013

Erzsébet

Alquimistas, brujos y sabios
en sus artes
los poderes regeneradores de la sangre


la muerte

La tristeza parece adueñarse de su alma
surgir las ideas
imbuidas años y años
la sangre ralentizaba la piel
vuelve la lozanía perdida.


Elizabeth
una herida


La sangre goteó
la piel se estiraba tersa
suave su cuerpo
La joven  desangrada
el líquido vital vertido en una bañera 
la condesa se lavó concienzudamente
la sangre se convirtió en una obsesión

cada gota en una bañera
Allí un baño de sangre
le daba vigor y juventud

Ideó heridas que volvía a abrir
un cuerpo cubierto de sangre
sacrificio sin piedad


El final
una escena dantesca
cuerpos sin vida
estertores con sangre manando

emparedada en sus aposentos
1614
morir de inanición.
 
 

La flauta en el monte de los cuatro inviernos de un soldado


La ajetreada vida actual no nos permite ni respirar. Los sueños son cortos, la agenda diaria llena de ocupaciones. El día comienza a las 5:00 am. Me levanto y después intento despertar, no puedo hasta que me lavo la cara con agua fría. Este es solo el comienzo de mis actividades.

     En la escuela permanezco seis horas, en ellas mi mente trabaja a 110 km/hr. No tengo tiempo de pensar en otra cosa más allá. En ciertos espacios leo, en otros escribo. La fatiga se acumula minuto a minuto. Mis ojos siguen adormilados después de clases y termino fulminada por los rayos de luz a los que llamo conocimiento. Ahora es tiempo de volver a casa, no sin antes pensar en lo que haré al llegar.

     Planear cada paso es una de mis virtudes o de mis peores defectos, no lo sé, sin embargo lo hago camino a casa. Se puede pensar que la casa es el refugio de descanso para quien trabajó arduamente, no para mí. En ella tengo que hacer mil y un cosas más: lavar trastes, hacer el quehacer, barrer o trapear según sea el día, ayudar a mi madre en lo que necesite, ir a la tienda, al mercado, en fin, el trabajo también es arduo en el hogar.

     Las 7:00 pm ¿Tiempo de dormir? ¡No! Es el momento de las tareas escolares, de estudiar para exámenes, leer sobre los temas vistos, escribir ensayos, etc. Cada fracción de tiempo tiene su utilidad. Después de un rato sin parar llega la hora, "mi hora".

     Veo el reloj que marca las 11:00 pm, así, termine o no termine mis deberes, es "mi hora". En ella no hay quien me diga o reproche nada, es mi descanso. Es mi hora favorita, me dispongo a disfrutarla. Acomodo el sillón grande con los cojines más afelpados de mi cama, acerco la grabadora. En una montaña de CD´s busco mi favorito con las melodías más bellas. Enciendo dicho objeto y comienzan, mientras recuesto mi cuerpo en el sillón y descanso mi cabeza sobre los cojines.

     Primero las óperas La flauta mágica de Mozart, Historia de un soldado de Stravinski, después mis oídos se deleitan con la música instrumental, Una noche en el monte pelado de Schubert, las cuatro estaciones de Vivaldi y, aunque mi favorita es el invierno, escucho todas. Estas son las que más me gustan, no olvido a Beethoven y a Bach.

     Espero todo el día a que llegue este momento de deleite. Después de un día lleno de quehaceres, la música calma cuerpo, alma y mente; tranquiliza la aceleración de 110 a 20 km/hr. Así, mi sueño es tranquilo y tengo un verdadero descanso.

     Ahora debo decir que amo la música clásica. En este juego de serpientes y escaleras al que llamamos día es preciso tener paz, tranquilidad y equilibrio, y eso lo logro disfrutando del do, re, mi, fa, sol, la que componen la música.

jueves, 16 de mayo de 2013

Davam

Dindel rebosante,
              te desconozco,
                                      te llamo,
                         te camino,
                    te beso
       hasta la saciedad.
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No  te he visto 


                     pero te desvisto



noche a noche.
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                                                          Soy la lejanía de los celos,
                                                                 riego con tinta
                                                                  crecen versos
                                                                   que se pegan
                                                                   en tu cuerpo.


martes, 14 de mayo de 2013

Lotos intoxicantes

Viven para besar la muerte,
Esfinges del tormento
en deshabitadas noches
sufrirá quien las amé...

Mujeres ceñidas de misterio,
pasos de gato, sensualidad,
son iconografía alquímica.

Cuerpos literales,
lujuria químicamente pura,
joyas caídas de lucifer
condenadas a la extinción,
y procrear íncubos y súcubos
hijos malditos.

Noche de mujer
inician pasión devoradora,
mortíferos cuerpos de papel,
volvieron las bastardas de Lilith,
hábil mujer de prostíbulo,
Violenta imagen de Judith.

Es hechizo su carácter fatal,
-mi mal eres tú-

Hacen esclavos voluntarios
de escritores de sollozos,
víctimas con historias
contadas desde el más allá,
en medio del limbo
guía el destino Ónfale.

Chistera, liguero y corsé
caderas del desdén,
llama y vértigo,
boca rebosante de besos tóxicos.
Ángel azul, claroscuro,
femmes caídas del abismo,
pacto de sangre,
mujer de los asesinos.

Sórdido ambiente nocturno,
podredumbre humana
en pos de la moderna Cleopatra,
en un mundo que no huele bien,
lleno de legiones vampiresas.

Esas fuerzas del mal
vestidas de mujer.